Todos los días se le levanta y sale al jardín en una diminuta tanga negra, a exhibir su enorme trasero, hasta el más hatero le provoca cogerlo y zarandearlo un poco hasta escucharlo gemir desesperadamente
la mide y se la sacude un rato entretenida mente, a la vista de muchos, sin importarle que le vean. Eso desde muy niño ya lo hacia, y lo continua prolongando, tal vez tradición familiar, quizás de su padre
Se nota el paquetote, y son sus primero ejercicios de la mañana, es tantrica, pues su mujer se ha ido a trabajar y le ha dejado con semejante calentura en plena, desfogueo total en la alambrada
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