Había pasado diciembre y toda la familia se reunía en casa de mi hermana para el asado. Todos adentro y en el patio el esposo de mi hermana sin camisa preparando la carne. Yo quería esa carne, alguna vez me entere que lo hacían todos los días, hasta rastros de semen había encontrado por ahí.
Hey, que más. Queres algo, sí chorizo. Te gusta el chorizo, Aún no los tengo, yo me referia a otra clase de chorizo y le mire la bragueta. Volteo a mirar si había alguien cerca, si quieres y se lo saco, grandote el condenado, se me hizo agua la boca y baje, comía mientras podía. El vigilaba y tomaba cerveza en lata, seguía volteando la carne mientras le hacia sexo oral.
Desde el patio, otros vecinos podían ver el acto, pero ni nos enteramos. Yo solo pensaba lo bien que lo pasaba mi hermana, todos los días. Perdimos el control, no se en que momento me estaba penetrando como perros, pegandome en la mejilla, así. Uno de mis primitos venía, cerro el cierre. La familia venía y como si nada.
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