relato del macho del gym

Ser culeado por el macho del gym. Me habían dado una pastilla roja de regalo, pero tendría que tener cuidado, pues quien se la tomaría se pondría como un caballo en celo a los pocos minutos, queriendo coger lo que se le atravesará. Se usaba para animales. La diluí en el macho del gym de un vecino que vive a unas cuantas cuadras de mi casa que se encontraba en el gym. Calvo, cuarentón, pero con un cuerpo marcado y peludo. Vivía solo, separado y con dos hijas de madre distinta.




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