La vida de sexo de mi herrmano

Fui a visitar a mi hermano, el mayor, que vive con su esposa en el sur. Más de cuatro años sin vernos, un barrio pobre y hecho a maderas. No estudió, de vago, el morenazo de la familia. Cuando entre que lujos los que se dan, tv plana, gran sala, cama, todo de lujo. En verdad quieres saber cómo conseguí, todo esto, me la he guerreado duro, literal. Cuando agito la mano empuñada, no llegaba a imaginar que lo duro iba en serio, en sus pantalones, del mismo tamaño y grosor. Salgamos y te enseño como lo logre.


 Una moto fz, majestuosa; nos fuimos, iba tan rápido que tuve que agarrarme de su pecho firme, rígido, palpar sus tetillas peludas grandes y erectas. Al llegar, un lugar muy exótico, un estudio de fotografía; fue a cambiarse y al volver con una tanga pequeña que no tapaba su bulto, dejando ver el amazonas. Un reguero de fotos y flashes, uno tras otros, mientras se tocaba a mis espaldas. La sombra de la pared mostraba el vergazo que se echaba. Con verga parada, rompiendo la tela, el fotógrafo no paraba de captar su masculinidad, ese pochote amplio y entrenado de gimnasio. Aceite en su cuerpo en poses muy masculinas. Sera parte del aceite en la punta de la tela o líquido seminal que ya estaba botando

 Para el final recibir buena lana por ello. Ahora, vamos para Romano, un viejo bar, donde en la barra unos hombres en bola, era tocados por hombres y mujeres. Que pasa, Rick, llegas tarde, súbete. Mi hermano se empelota frente a mí, sin el mayor pudor dejándome al cuidado de su ropa y sube. Él más grande, al que todo el mundo se lo quiere tocar, comer, se lo pelean.

 



Veo bocas de mujeres y hombres, tragándose al morenazo; él disfrutando al máximo, lo veía en su gestualidad. Tan grande y gruesa, que no puede creer que crecí con eso a mi lado. Se lo pelean por jalársela, por mojarlos con sus labios; hombres de todas las edades, colores y razas. 20 minutos de masturbación a manos llenas y sexo oral

 

Apenas pudo zafarse, me quito la ropa de mis manos, eso cabía en su pantalón, a tiempo estamos. Una despedida de soltera, donde él era la sorpresa, a quitarse la ropa frente a todas esas mujeres. Y frente a todas las asistentes se comió a la novia, a la futura esposa, la luz la apagaban y prendían. En el suelo, como se lo metía, sus huevas llenas de pelos inundaban semen en sus cavernas

 

Jugó de borojó a media noche y tuve que esperar en la recepción del hotel mientras se comía a una veterana. De nuevo en casa, tenía fuerzas para comérsela, como se escuchaba esos gemidos por toda la casa. Luego salió al baño empelota, con eso tieso. No sé si a orinar o a lavársela.

Cuando te cachan
No expliques, entenderán




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